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Introducción
Toda nación posee una identidad propia, unos rasgos diferenciados, una realidad cultural, histórica y social que es por lo que se conforma como tal. Pero además de ese hecho objetivo e indiscutible, la nación se surte a si misma de una serie de símbolos externos y físicos determinados para autoidentificarse, para reflejarse en ellos, para reconocerse a si misma; creados para materializar una serie de anhelos de soberanía, autogobierno y libertad al que toda comunidad humana aspira.
En el caso de Andalucía, han sido muchos los años de represión imperialista, fascista y capitalista los que han ocultado, manipulado y desprestigiado toda una serie de símbolos nacionales, que en algunos casos –sin temor a equivocación- podrían ser los más antiguos de toda Europa.
A pesar de siglos oscuros, el Pueblo Trabajador Andaluz siempre ha mantenido su cultura, su identidad y su cosmovisión como manera tanto de autorreconocerse como de enriquecimiento de las demás culturas que con él han convivido o confluido; y a pesar de las seculares ignorancia y analfabetización impuestas por los diferentes imperialismos que la han manejado y manejan, ha habido ciertos conceptos que el Pueblo Andaluz, inconscientemente, ha considerado irrenunciables. No se trata sólo –con todo lo que ello conlleva- de unas manifestaciones culturales y folclóricas determinadas, sino la conciencia de ser un territorio común y relativamente definido, de la existencia de un pasado –aunque ignorado por ocultación- que nos identifica y nos une; la continuidad secular de los colores verde y blanco a través de la historia –tanto en actos de alegría como de dificultades-, y todo un cúmulo de rasgos que son los que nos han permitido hacer llegar a Andalucía hasta hoy.
El primero de todos, quizá porque la bandera es el símbolo externo más visible, más identificativo y más obvio de una nación.
La primera referencia escrita que se conserva de la bandera de Andalucía es del reinado de Al Mutasim, en la Almería del 1051 (era cristiana), por lo que nos encontramos con absoluta seguridad con la bandera más antigua de toda Europa, y por lo tanto, probablemente, de las que se siguen usando oficialmente hoy día del mundo. Recogida por Henri Peres en su libro Esplendor de Al Andalus, en los versos del poema de Abú Asbag Ibn Arqam:
<
que se ha hecho de la aurora blanca un cinturón,
despliega sobre ti un ala de delicia.
Que ella se asegure la felicidad
al concederte un espíritu triunfante.>>
Después de esta primera vez, tan famosa, y hasta que se apruebe la actual bandera en el primer Estatuto de Autonomía, numerosas son las veces que aparece a lo largo de la historia social de Andalucía. Recordemos sólo algunas:
Entre todas estas fechas hay muchas más que por motivos de espacio debemos obviar, como el Motín del Pendón Verde en la Sevilla de 1521, las innumerables revueltas moriscas salvajemente reprimidas por el poder central, las comunas campesinas del los siglos XVIII y XIX, o todas las propuestas de bandera nacional en la Asamblea de Ronda de 1918, que todas recogían los mismos colores.
Banderas de diferentes organizaciones andalucistas contemporáneas:
La actual bandera de Andalucía se oficializará en el Estatuto de Autonomía de Andalucía, Ley Orgánica 6/1981, de 30 de Diciembre, y publicada en BOJA nº2/1982, de 1 de Febrero de 1982. Concretamente, el artículo 6 del Estatuto lo aprueba diciendo:
<
Bandera oficial e independentista:
Más información sobre banderas andaluzas:
El Escudo Nacional de Andalucía ha sido desde siempre objeto de polémica, de la que aún hoy no está exento.
El usado oficialmente en la actualidad fue aprobado, al igual que la bandera y el himno, en el Estatuto de Autonomía de 1981, recogiendo la tradición restauradora de los símbolos nacionales de Blas Infante y todos los demás andalucistas históricos.
Parece ser –es sólo una suposición- que fue creado en origen para los Centros Regionalistas Andaluces, aunque por extensión y unificación de la simbología se aprobaría como escudo para Andalucía. Hay varias versiones, siguiendo el mismo espíritu, que contienen diferentes lemas, todos en su parte superior llevan la leyenda <
El más antiguo, que presidió las Asambleas de Ronda de 1918 y de Córdoba de 1919, y que se conserva en la Casa-Museo de Blas Infante de Coria del Río, se muestra dentro de una cuartela heráldica y lleva el lema <
Rápidamente, en 1921, será modificado por <
En 1922 decide cambiarse a <<ANDALUCÍA POR SÍ, PARA IBERIA Y LA HUMANIDAD>>, que solamente quedará como escudo interno de los Centros Andaluces –posteriores Juntas Liberalistas de Andalucía-, aunque con el tiempo, como dijimos más arriba, acabarán fundiéndose ambos en uno.
Actualmente, y sobre todo por los sectores más nacionalistas de andalucismo de izquierdas, tiende a usarse tanto en el escudo como en el himno, la versión <<ANDALUCÍA POR SÍ, LOS PUEBLOS Y LA HUMANIDAD>>, que cada vez está calando más en la sociedad.
Otra de las grandes polémicas que siempre han seguido al escudo nacional es el de su nula adecuación a las normas heráldicas, argumentación absurda, ya que fue el propio Blas Infante quien conscientemente no lo reguló con las normas heráldicas internacionales para que no pudiera ser relacionado con casa nobiliar ni batalla alguna.
Al igual que la bandera y el escudo, el himno oficial actual es aprobado en 1981 con el Estatuto de Autonomía, pero también hunde sus raíces, no sólo en los andalucistas históricos de principios del siglo XX, sino mucho más allá.
El actual Himno Nacional de Andalucía fue estrenado oficialmente por primera vez el 7 de Julio de 1936, en la Plaza de San Lorenzo de Sevilla, y “durmió” durante 40 años. Fue inspirado a Blas Infante por la música del himno del Santo Dios (cantado por los jornaleros durante la siega; un himno religioso impuesto a los campesinos moriscos tras la conquista europea de Andalucía), y orquestado por el Maestro Castillo, Director de la Banda Municipal de Sevilla en la época, y posterior represaliado por el fascismo español.
Antes de oficializarse el actual, los movimientos andalucistas y regionalistas del primer tercio del siglo XX popularizaron como himno propio el pasodoble titulado Giralda, porque según decían, recogía gran parte de la riqueza musical andaluza.
Después de la dictadura española franquista, cuando el andalucismo comienza a resurgir, y hasta la constitución de la actual Junta de Andalucía, se popularizaron como himnos de Andalucía dos conocidos temas: por un lado La verde y blanca, del insigne Carlos Cano, y por otra Los Campanilleros, de la recordadísima Niña de la Puebla, dos artistas y andaluces militantes.
Numerosas son las versiones que existen hoy en día: sinfónica, coral, instrumental, por sevillanas, rock, y por casi todos los palos flamencos, aunque pocas son las versiones que recogen la versión extendida por los sectores sociales más nacionalistas con las frase “Sea por Andalucía Libre, Los Pueblos y la Humanidad”, más difundida por el boca a boca que por reconocimiento institucional alguno.
No toda nación posee un territorio delimitado, realmente son pocas las que puedan considerarse estado-nación con objetividad, y menos aún puede decirse que tengan unos límites milimétricos históricamente conservados.
Las fronteras, como invención humana y artificial que son, están sometidas a constantes cambios; es casi imposible constreñir una cultura a un territorio exacto, las fronteras culturales son absolutamente maleables y cambiantes.
Andalucía no es una excepción. Tartessos, Turdetania, la Bética, Al Andalus, los reinos de Taifas, los reinos bajo dominación castellana, el actual sistema de provincias o la misma entidad autonómica no tuvieron siempre las mismas fronteras, aunque siempre dominaron un territorio más o menos homogéneo, con un centro y una periferia relativamente cambiante. De hecho, el mapa oficial de Andalucía no es reconocido por todos.
Primero, porque el sistema español de provincias de 1833 se considera artificial y adoptado directamente del sistema francés de departamentos, olvidando el natural y efectivo sistema comarcal andaluz.
Segundo, tampoco recoge todo el territorio que siempre fue parte del núcleo cultural andaluz; por ejemplo, el contencioso con Portugal por el Algarbe recibió carpetazo, Badajoz y Murcia se alejan definitivamente de los antiguos reinos de Sevilla, Jaén y Granada, y numerosos pueblos de Jaén pasan a Ciudad Real y Albacete.
Tercero y último, el mapa autonómico actual no está claro que sea el pensado inicialmente por los andalucistas históricos, puesto que a las Asambleas Regionalistas y Pro-Estatuto también asistían representantes de Badajoz, y Ceuta, donde además llegó a formarse un Centro Andaluz en pie de igualdad con los de la Andalucía continental. También hubo voces que recordaron esto en el proceso autonómico contemporáneo, pero fueron rápidamente acalladas desde la oficialidad.
Si bien todos estos datos no hacen más que confirmar lo que decíamos, que las fronteras realmente no existen, otro caso absolutamente diferente es la plaza de Gibraltar.
Cedida por la monarquía borbónica española al imperio británico con la firma del armisticio conocido como la Paz de Utrech el 13 de Julio de 1713, que ponía fin a la guerra de sucesión castellana, y en la cual Andalucía –como en casi todo- no tuvo derecho ni a voz ni a voto.
Hoy día, replantear la vuelta a la situación anterior a la firma del tratado por parte de ambos imperios, no sólo es inviable sino que ni siquiera es deseable; por lo que la relación de Andalucía y Gibraltar debe tender al entendimiento mutuo, y, en el camino soberano de ambas, ir relajando la sumisión cada una de ellas a su respectivo estado del que dependen, e ir acercando posturas a favor de una posible, deseada y no muy lejana confederación.
La popular y mundialmente extendida estrella de ocho puntas formada por dos cuadrados de lados iguales y ángulos rectos, de origen tartésico, parece ser que debió tener alguna función económica y/o comercial, por eso fue aprobada como símbolo para los vehículos de carga con licencia de la Junta de Andalucía.
Popularizada artística y arquitectónicamente por el período andalusí, recogida hoy día por todo el Magreb y todo el mundo de herencia musulmana, es hoy patrimonio de todo el gremio artesanal. Una aportación más de Andalucía a la cultura universal.
Hay quien la denomina “Gadeiro”, nombre dado por extensión de la denominación que Platón usaba para los habitantes de Gades –actual Cádiz-primer contacto helénico con el mundo tartésico.
También es denominada como estrella de Abderramán I –o Abd Rahmán I-, por ser éste el primer califa del Al Andalus independiente, quien la populizará al extender los símbolos nacionales de poder andalusíes por todo el Mediterráneo, África y Europa.
A pesar de estar extendida por toda nuestra geografía nacional, habiendo rebasado con creces nuestras fronteras, uno de los lugares donde más espectacularmente puede ser observada es en el Salón de Comares de la Alhambra de Granada.
Otra argumentación más esotérica, por lo tanto meramente anecdótica en este escrito, es la de algunos autores que la denominan “Nashma”, diciendo representar la conjunción de siete esferas planetarias con la tierra, de ahí sus ocho puntas.
Símbolo del Reino de la Granada de la dinastía Nazarí, fundado por Muhammad Ben Yusuf Ben Nasr, a raíz de las revueltas andalusíes contra los gobernantes almohades como reacción a la derrota frente a las tropas castellanas en las Navas de Tolosa (1212). Por tanto, seguir diferenciando, como hace la historiografía oficial, entre Al Andalus y Garnata (Granada) como dos entes diferentes sin consecución histórica entre ellos no es más que un acto de consciente y malintencionada manipulación de la Historia de Andalucía.
Este reino andalusí de Granada ocupará, básicamente, algo más de lo que hoy son las provincias de Granada, Málaga y Almería, y durará hasta 1492, cuando pasa a manos de los conquistadores castellanos tras varios años de asedio, quienes se encargarán de desvirtuar su simbología rodeándola de infinidad de castillos y leones.
Es con seguridad y sin ningún género de dudas el símbolo andaluz más antiguo.
Descubierto en 1868 en la Cueva de Los Letreros, en la región de Los Vélez, al norte de la provincia de Almería, concretamente en el pueblo de Vélez Blanco. Según los arqueólogos, sería la representación de un dios prehistórico que sujeta con los brazos abiertos el arco iris, o también el sol.
Popularmente es usado como símbolo protector y de buena suerte.
Hay que empezar a crear conciencia, y uno de esos apartados es hacer saber que nuestro himno termina diciendo: "Sea por Andalucía libre, los pueblos y la humanidad" y no como lo impuso el Estado español:"Sea por Andalucía libre, españa y la humanidad".
Gracias a Reincidentes por hacer que cada vez sean mas los andaluces que lo canten bien.
En los últimos años, en torno a las fechas navideñas, los andaluces veníamos encontrando un pequeño hueco donde podíamos disfrutar del conocido como “deporte rey” en clave totalmente andaluza. A su vez, la disputa del partido de nuestra Selección Nacional Andaluza permitía a la juventud andaluza disponer de un megáfono para reclamar la oficialización de la misma, en un paso más hacia la liberación nacional de Andalucía. Cientos de jóvenes y no tan jóvenes independentistas se unían para animar a nuestra única selección. Ahora parece que esas voces quieren ser calladas.
En estos días la Federación Andaluza de Fútbol ha anunciado que, un año más, los andaluces nos quedaremos sin ver a nuestra selección. En esta ocasión se ha puesto como excusa que ninguna televisión quería hacerse cargo de la retransmisión. Entonces ¿Para que esta la televisión nacional andaluza? ¿No debería “nuestra” televisión encargarse de estos asuntos? ¿O esto no es más que otra excusa barata para dejarnos de forma intencionada sin selección nacional?
Es inadmisible como desde la propia FAF y la televisión andaluza se boicotea a la Selección Andaluza continuamente, dejándonos a los andaluces sin disfrutar de los únicos 90 minutos en los que nos vemos realmente representados en un campo de futbol. Y, sin embargo, cuando se trata de cubrir un evento de la selección española se desviven, dejando bien claro que lo andaluz les importa poco y poniéndonos una vez más en inferioridad ante lo español, lo grande y lo libre.
Encontramos notorio, que las numerosas dificultades que esta encontrando la FAF para organizar un solo partido al año, se estén produciendo tras varios partidos en los que las voces de la juventud independentista se hizo notar especialmente en las ciudades de Cádiz y Jerez en los respectivos encuentros que disputo la selección andaluza en estos lugares. Los incidentes ocurridos en estos partidos provocados por la represión de la policía española sobre la juventud andaluza, los gritos independentistas y la cada vez mayor fuerza y aglutinamiento que consigue la Federación Andaluza de Hinchas, son detalles que parece que no interesan salir a la luz pública, pues como sabemos Andalucía sigue siendo el bastión para el sostenimiento de una supuesta identidad cultural española y de su unidad, y cada partido de nuestra selección era una ruptura de esquemas para los organismos deportivos andaluces que se mantienen subyugados a los españoles.
Es por ello que creemos que esta suspensión de la actividad de la Selección Nacional Andaluza no es casualidad y que forma parte de un premeditado intento político por despojarnos de los pocos espacios que tenemos los jóvenes andaluces para expresar nuestra rebeldía y nuestras ansias de independencia.
Exigimos la oficialización definitiva de la Selección Nacional Andaluza, así como de todas aquellas selecciones pertenecientes a las diferentes naciones que siguen dominadas por el Estado Español y del resto del mundo, para poder desarrollar un proyecto deportivo para los jóvenes andaluces en el que podamos desenvolvernos de igual a igual con el resto de países del mundo.
NUESTRA ÚNICA SELECCIÓN ¡LA ANDALUZA! ¡OFICIALIZACIÓN YA!