lunes, 15 de marzo de 2010

De Interes: SÍMBOLOS NACIONALES ANDALUCES

Introducción

Toda nación posee una identidad propia, unos rasgos diferenciados, una realidad cultural, histórica y social que es por lo que se conforma como tal. Pero además de ese hecho objetivo e indiscutible, la nación se surte a si misma de una serie de símbolos externos y físicos determinados para autoidentificarse, para reflejarse en ellos, para reconocerse a si misma; creados para materializar una serie de anhelos de soberanía, autogobierno y libertad al que toda comunidad humana aspira.

En el caso de Andalucía, han sido muchos los años de represión imperialista, fascista y capitalista los que han ocultado, manipulado y desprestigiado toda una serie de símbolos nacionales, que en algunos casos –sin temor a equivocación- podrían ser los más antiguos de toda Europa.

A pesar de siglos oscuros, el Pueblo Trabajador Andaluz siempre ha mantenido su cultura, su identidad y su cosmovisión como manera tanto de autorreconocerse como de enriquecimiento de las demás culturas que con él han convivido o confluido; y a pesar de las seculares ignorancia y analfabetización impuestas por los diferentes imperialismos que la han manejado y manejan, ha habido ciertos conceptos que el Pueblo Andaluz, inconscientemente, ha considerado irrenunciables. No se trata sólo –con todo lo que ello conlleva- de unas manifestaciones culturales y folclóricas determinadas, sino la conciencia de ser un territorio común y relativamente definido, de la existencia de un pasado –aunque ignorado por ocultación- que nos identifica y nos une; la continuidad secular de los colores verde y blanco a través de la historia –tanto en actos de alegría como de dificultades-, y todo un cúmulo de rasgos que son los que nos han permitido hacer llegar a Andalucía hasta hoy.

La Bandera - Arbonaida

El primero de todos, quizá porque la bandera es el símbolo externo más visible, más identificativo y más obvio de una nación.

La primera referencia escrita que se conserva de la bandera de Andalucía es del reinado de Al Mutasim, en la Almería del 1051 (era cristiana), por lo que nos encontramos con absoluta seguridad con la bandera más antigua de toda Europa, y por lo tanto, probablemente, de las que se siguen usando oficialmente hoy día del mundo. Recogida por Henri Peres en su libro Esplendor de Al Andalus, en los versos del poema de Abú Asbag Ibn Arqam:

<

que se ha hecho de la aurora blanca un cinturón,

despliega sobre ti un ala de delicia.

Que ella se asegure la felicidad

al concederte un espíritu triunfante.>>

Después de esta primera vez, tan famosa, y hasta que se apruebe la actual bandera en el primer Estatuto de Autonomía, numerosas son las veces que aparece a lo largo de la historia social de Andalucía. Recordemos sólo algunas:

  • 1.198: Ondea en la Giralda de Sevilla como celebración de la victoria andalusí en la batalla de Alarcós,

  • 1.483: La Casa de Cabra incorpora a su escudo 22 banderas incautadas a Boabdil, 18 de ellas verdes y blancas. Estas banderas se pueden ver con claridad en dos lugares públicos, el retablo del convento de la Madre de Dios en Baena, y en la puerta del Palacio de las Dueñas en Sevilla,

  • 1.641: El IX Duque de Medina Sidonia, Gaspar Alonso Pérez de Guzmán, en su rebelión para proclamarse Rey de Andalucía, con ayuda portuguesa, usará también la bandera verde y blanca, en esta ocasión de dos franjas verticales.

  • 1.642: Tahir al Horr (El Halcón), líder de una de las más importantes revueltas moriscas contra el centralismo castellano, de nuevo hace ondear por sus tropas la que toma como bandera de la rebelión, la heredada blanca y verde,
  • 1.919: La Asamblea Regionalista de Córdoba aprueba como Bandera Nacional para Andalucía la verde, blanca y verde, a franjas iguales, restaurando así toda una tradición, a instancias de la Asamblea Regionalista de Ronda un año antes.

Entre todas estas fechas hay muchas más que por motivos de espacio debemos obviar, como el Motín del Pendón Verde en la Sevilla de 1521, las innumerables revueltas moriscas salvajemente reprimidas por el poder central, las comunas campesinas del los siglos XVIII y XIX, o todas las propuestas de bandera nacional en la Asamblea de Ronda de 1918, que todas recogían los mismos colores.

Banderas de diferentes organizaciones andalucistas contemporáneas:

La actual bandera de Andalucía se oficializará en el Estatuto de Autonomía de Andalucía, Ley Orgánica 6/1981, de 30 de Diciembre, y publicada en BOJA nº2/1982, de 1 de Febrero de 1982. Concretamente, el artículo 6 del Estatuto lo aprueba diciendo:

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Bandera oficial e independentista:

Más información sobre banderas andaluzas:

El Escudo

El Escudo Nacional de Andalucía ha sido desde siempre objeto de polémica, de la que aún hoy no está exento.

El usado oficialmente en la actualidad fue aprobado, al igual que la bandera y el himno, en el Estatuto de Autonomía de 1981, recogiendo la tradición restauradora de los símbolos nacionales de Blas Infante y todos los demás andalucistas históricos.

Parece ser –es sólo una suposición- que fue creado en origen para los Centros Regionalistas Andaluces, aunque por extensión y unificación de la simbología se aprobaría como escudo para Andalucía. Hay varias versiones, siguiendo el mismo espíritu, que contienen diferentes lemas, todos en su parte superior llevan la leyenda <>, pero cambia su lema inferior.

El más antiguo, que presidió las Asambleas de Ronda de 1918 y de Córdoba de 1919, y que se conserva en la Casa-Museo de Blas Infante de Coria del Río, se muestra dentro de una cuartela heráldica y lleva el lema <>.

Rápidamente, en 1921, será modificado por <>, más solidario, que representará -según el biógrafo de Blas Infante, Enrique Iniesta- “la exégesis del “por sí” es la autodeterminación”, frente al anterior que sería la representación de la mera federación.

En 1922 decide cambiarse a <<ANDALUCÍA POR SÍ, PARA IBERIA Y LA HUMANIDAD>>, que solamente quedará como escudo interno de los Centros Andaluces –posteriores Juntas Liberalistas de Andalucía-, aunque con el tiempo, como dijimos más arriba, acabarán fundiéndose ambos en uno.

Actualmente, y sobre todo por los sectores más nacionalistas de andalucismo de izquierdas, tiende a usarse tanto en el escudo como en el himno, la versión <<ANDALUCÍA POR SÍ, LOS PUEBLOS Y LA HUMANIDAD>>, que cada vez está calando más en la sociedad.

Otra de las grandes polémicas que siempre han seguido al escudo nacional es el de su nula adecuación a las normas heráldicas, argumentación absurda, ya que fue el propio Blas Infante quien conscientemente no lo reguló con las normas heráldicas internacionales para que no pudiera ser relacionado con casa nobiliar ni batalla alguna.

El Himno

Al igual que la bandera y el escudo, el himno oficial actual es aprobado en 1981 con el Estatuto de Autonomía, pero también hunde sus raíces, no sólo en los andalucistas históricos de principios del siglo XX, sino mucho más allá.

El actual Himno Nacional de Andalucía fue estrenado oficialmente por primera vez el 7 de Julio de 1936, en la Plaza de San Lorenzo de Sevilla, y “durmió” durante 40 años. Fue inspirado a Blas Infante por la música del himno del Santo Dios (cantado por los jornaleros durante la siega; un himno religioso impuesto a los campesinos moriscos tras la conquista europea de Andalucía), y orquestado por el Maestro Castillo, Director de la Banda Municipal de Sevilla en la época, y posterior represaliado por el fascismo español.

Antes de oficializarse el actual, los movimientos andalucistas y regionalistas del primer tercio del siglo XX popularizaron como himno propio el pasodoble titulado Giralda, porque según decían, recogía gran parte de la riqueza musical andaluza.

Después de la dictadura española franquista, cuando el andalucismo comienza a resurgir, y hasta la constitución de la actual Junta de Andalucía, se popularizaron como himnos de Andalucía dos conocidos temas: por un lado La verde y blanca, del insigne Carlos Cano, y por otra Los Campanilleros, de la recordadísima Niña de la Puebla, dos artistas y andaluces militantes.

Numerosas son las versiones que existen hoy en día: sinfónica, coral, instrumental, por sevillanas, rock, y por casi todos los palos flamencos, aunque pocas son las versiones que recogen la versión extendida por los sectores sociales más nacionalistas con las frase “Sea por Andalucía Libre, Los Pueblos y la Humanidad”, más difundida por el boca a boca que por reconocimiento institucional alguno.

El Territorio

No toda nación posee un territorio delimitado, realmente son pocas las que puedan considerarse estado-nación con objetividad, y menos aún puede decirse que tengan unos límites milimétricos históricamente conservados.

Las fronteras, como invención humana y artificial que son, están sometidas a constantes cambios; es casi imposible constreñir una cultura a un territorio exacto, las fronteras culturales son absolutamente maleables y cambiantes.

Andalucía no es una excepción. Tartessos, Turdetania, la Bética, Al Andalus, los reinos de Taifas, los reinos bajo dominación castellana, el actual sistema de provincias o la misma entidad autonómica no tuvieron siempre las mismas fronteras, aunque siempre dominaron un territorio más o menos homogéneo, con un centro y una periferia relativamente cambiante. De hecho, el mapa oficial de Andalucía no es reconocido por todos.

Primero, porque el sistema español de provincias de 1833 se considera artificial y adoptado directamente del sistema francés de departamentos, olvidando el natural y efectivo sistema comarcal andaluz.

Segundo, tampoco recoge todo el territorio que siempre fue parte del núcleo cultural andaluz; por ejemplo, el contencioso con Portugal por el Algarbe recibió carpetazo, Badajoz y Murcia se alejan definitivamente de los antiguos reinos de Sevilla, Jaén y Granada, y numerosos pueblos de Jaén pasan a Ciudad Real y Albacete.

Tercero y último, el mapa autonómico actual no está claro que sea el pensado inicialmente por los andalucistas históricos, puesto que a las Asambleas Regionalistas y Pro-Estatuto también asistían representantes de Badajoz, y Ceuta, donde además llegó a formarse un Centro Andaluz en pie de igualdad con los de la Andalucía continental. También hubo voces que recordaron esto en el proceso autonómico contemporáneo, pero fueron rápidamente acalladas desde la oficialidad.

Si bien todos estos datos no hacen más que confirmar lo que decíamos, que las fronteras realmente no existen, otro caso absolutamente diferente es la plaza de Gibraltar.

Cedida por la monarquía borbónica española al imperio británico con la firma del armisticio conocido como la Paz de Utrech el 13 de Julio de 1713, que ponía fin a la guerra de sucesión castellana, y en la cual Andalucía –como en casi todo- no tuvo derecho ni a voz ni a voto.

Hoy día, replantear la vuelta a la situación anterior a la firma del tratado por parte de ambos imperios, no sólo es inviable sino que ni siquiera es deseable; por lo que la relación de Andalucía y Gibraltar debe tender al entendimiento mutuo, y, en el camino soberano de ambas, ir relajando la sumisión cada una de ellas a su respectivo estado del que dependen, e ir acercando posturas a favor de una posible, deseada y no muy lejana confederación.

La Estrella Tartésica

La popular y mundialmente extendida estrella de ocho puntas formada por dos cuadrados de lados iguales y ángulos rectos, de origen tartésico, parece ser que debió tener alguna función económica y/o comercial, por eso fue aprobada como símbolo para los vehículos de carga con licencia de la Junta de Andalucía.

Popularizada artística y arquitectónicamente por el período andalusí, recogida hoy día por todo el Magreb y todo el mundo de herencia musulmana, es hoy patrimonio de todo el gremio artesanal. Una aportación más de Andalucía a la cultura universal.

Hay quien la denomina “Gadeiro”, nombre dado por extensión de la denominación que Platón usaba para los habitantes de Gades –actual Cádiz-primer contacto helénico con el mundo tartésico.

También es denominada como estrella de Abderramán I –o Abd Rahmán I-, por ser éste el primer califa del Al Andalus independiente, quien la populizará al extender los símbolos nacionales de poder andalusíes por todo el Mediterráneo, África y Europa.

A pesar de estar extendida por toda nuestra geografía nacional, habiendo rebasado con creces nuestras fronteras, uno de los lugares donde más espectacularmente puede ser observada es en el Salón de Comares de la Alhambra de Granada.

Otra argumentación más esotérica, por lo tanto meramente anecdótica en este escrito, es la de algunos autores que la denominan “Nashma”, diciendo representar la conjunción de siete esferas planetarias con la tierra, de ahí sus ocho puntas.

La Granada

Símbolo del Reino de la Granada de la dinastía Nazarí, fundado por Muhammad Ben Yusuf Ben Nasr, a raíz de las revueltas andalusíes contra los gobernantes almohades como reacción a la derrota frente a las tropas castellanas en las Navas de Tolosa (1212). Por tanto, seguir diferenciando, como hace la historiografía oficial, entre Al Andalus y Garnata (Granada) como dos entes diferentes sin consecución histórica entre ellos no es más que un acto de consciente y malintencionada manipulación de la Historia de Andalucía.

Este reino andalusí de Granada ocupará, básicamente, algo más de lo que hoy son las provincias de Granada, Málaga y Almería, y durará hasta 1492, cuando pasa a manos de los conquistadores castellanos tras varios años de asedio, quienes se encargarán de desvirtuar su simbología rodeándola de infinidad de castillos y leones.

El Índalo

Es con seguridad y sin ningún género de dudas el símbolo andaluz más antiguo.

Descubierto en 1868 en la Cueva de Los Letreros, en la región de Los Vélez, al norte de la provincia de Almería, concretamente en el pueblo de Vélez Blanco. Según los arqueólogos, sería la representación de un dios prehistórico que sujeta con los brazos abiertos el arco iris, o también el sol.

Popularmente es usado como símbolo protector y de buena suerte.

De Interes: D. Blas Infante Pérez, Padre de la Patria Andaluza

El 13 de Abril de 1983, el Parlamento de Andalucía aprueba por unanimidad el Preámbulo del Estatuto de Autonomía, donde se reconoce a Blas Infante como “Padre de la Patria Andaluza e ilustre precursor de la lucha por la consecución del Estatuto de Autonomía para Andalucía”.

Incansable defensor de la causa del autogobierno andaluz, su labor de restauración, consolidación y regularización tanto de los símbolos como de la idiosincrasia andaluzas, será la cabeza visible de todo un grupo de andalucistas ilustres, tanto hombres como mujeres, cuyo esfuerzo jamás podremos agradecer de manera suficiente: José Andrés Vázquez, Emilio Lemos, Eloy Vaquero, Ruiz Carnero, Hermenegildo Casas, Mario Méndez Bejarano, Mas y Prat (padre e hijo), José Laguillo, Isidoro de las Cágigas, Díaz del Moral, Pedro Vallina, Juan Álvarez –Ossorio, y tantos y tantos otros herederos de un andalucismo ocultado y combatido por la oficialidad durante los siglos XVIII y XIX.

La labor de todos ellos, y sobre todo de Blas Infante, ha sido conscientemente ocultada, ridiculizada y criminalizada durante los cerca de 40 años de españolismo franquista, y manipulada, velada y ridiculizada por otros 30 de españolismo constitucionalista, tergiversándose y sacándose de contexto y toda lógica su ideario y sus escritos, muchos de los cuales siguen estando secuestrados y se les sigue negando su publicación.

Blas Infante no sólo murió la noche del 10 al 11 de Agosto de 1936 a manos de los fascistas españoles, sino que sigue siendo fusilado día a día por la democracia monárquica española.

De su extensa y fructífera biografía podemos reseñar algunos de los elementos más importantes:

  • 1885, 5 de Julio, nace en el malagueño pueblo de Casares,
  • 1909, entra como miembro del Ateneo de Sevilla, donde entra en contacto con numerosos andalucistas, la mayoría de tendencia culturalista.
  • 1913, asiste al Iº Congreso Internacional Georgista, celebrado en Ronda.
  • 1915, publica su primera obra, Ideal Andaluz, que acelera su ruptura con el Ateneo.
  • 1918, presenta en Ginebra la “Reivindicación de Andalucía ante el Congreso de la Paz”, rechazada por el veto del estado español. También organizará la Asamblea Regionalista de Ronda.
  • 1919, Asamblea Regionalista de Córdoba, donde se fijan definitivamente los símbolos nacionales de Andalucía: Bandera, Escudo e Himno.
  • 1921, publica una de sus mejores obras: La Dictadura Pedagógica.
  • 1924, viaja a Agmat para encontrarse con la tumba de Al Motamid, último rey andalusí de Sevilla.
  • 1931, funda las Juntas Liberalistas de Andalucía, herederas de los Centros Andaluces, y punto de partida del inicio decisivo de la campaña por el Estatuto de Autonomía, incidiendo en el apoyo institucional y de numerosas organizaciones culturales, populares y obreras. Escribe La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía, a consecuencia de los hechos acaecidos en la campaña electoral de la Candidatura Republicana Revolucionaria Federal Andalucista. Durante toda la IIª República no descansará, bajo diferentes siglas y desde diferentes ámbitos sociopolíticos en pos del autogobierno y la recuperación de la soberanía de Andalucía.
  • 1936, madrugada del 10 al 11 de Agosto, fusilado en el kilómetro 4 de la antigua carretera Sevilla-Carmona, donde hoy se levantan un monumento y una bandera en su memoria.
  • 1940, 10 de Mayo, se emite la condena a muerte por el Tribunal de Responsabilidades Políticas de Sevilla, con ley del 9 de Febrero de 1939... el gusto franquista por el carácter retroactivo de sus “leyes”.

Pero Blas Infante no sólo murió el 10 de Agosto, muy al contrario, sino que nació para Andalucía, para el Pueblo Andaluz, y para el Andalucismo. Convencido obrerista, siempre encuadrado en la izquierda liberadora, e incansable luchador por la justicia y la causa de la razón, su obra –inacabada, y gran parte perdida para siempre- es el legado político más importante que poseemos de todo el siglo XX, y pilar fundamental del Nacionalismo Andaluz contemporáneo, por esas razones y muchas más seguiremos diciendo que las ideas de Blas Infante están hoy más vivas que nunca.